Con el avance de las tecnologías de la información y la comunicación, las historias parecen haber adquirido libertad y movimiento. Ya no quedan enfrascadas en las creaciones de un autor individual, sino que emanan de fuentes colectivas y se derraman, fluyen, circulan, tanto dentro como fuera de las plataformas, en nuevas producciones que se comparten en colaboración.
Los límites de los relatos parecen haberse difuminado y las historias parecen haber recuperado esa maleabilidad de la narración oral de aedos y bardos, que permitía la coexistencia de distintas versiones. Todos podemos modificar lo existente, sumar nuestras piezas y extender los tableros narrativos en forma ilimitada. Tal como sostiene Carlos Scolari, las audiencias ya no se consideran media-centred (centradas en los medios), sino narrative-centred (centradas en las narrativas).
En esta nueva forma de narrar, se echa a rodar una historia sin saber quién va a darle un nuevo impulso, sin saber cuántos múltiples caminos va a recorrer, o hasta dónde puede llegar. Esta manera de narrar se conoce con el nombre de narrativa transmedia.
Fomenta la inmersión en un universo alternativo, con reglas, características y lógicas propias, que los usuarios descubren y comprenden a medida que se sumergen en él. El tipo de inmersión propuesta es diferente al de la realidad virtual o la realidad aumentada: no nace de lo sensorial, sino que apela directamente a la imaginación e invita a vivir la ficción con la misma intensidad que una experiencia vital.
Se expande por diferentes medios y plataformas, y aprovecha la potencialidad del lenguaje expresivo (palabras, imágenes, gráficos, caricaturas, animaciones, etc.) de cada uno de ellos. Refleja la forma de consumos culturales en la actualidad: los usuarios ya no se agrupan en torno a un medio, sino a un relato multiplataforma al que van siguiendo en distintos medios.
Suele ramificarse y ampliarse con contenido generado por los usuarios, quienes ya no se consideran receptores pasivos, como en la era del broadcasting. Las posibilidades de expansión y circulación suelen ser infinitas, y ofrecen una multiplicidad de opciones de participación: en roles más activos (producción de nuevas narrativas, videos, memes) o más subsidiarios (reposteos o comentarios).
TramaToda narrativa transmedia gira en torno a un eje narrativo principal atravesado por distintas subtramas, que se expanden o multiplican en nuevos spin-offs. De esta forma, se suman nuevos detalles al universo narrativo original. Por ejemplo, en la inconmensurable galaxia de Star Wars, las subtramas se desarrollan en nuevas películas como la de Han Solo, que se enfoca en la vida del personaje antes de conocer a Luke Skywalker, o se multiplican en nuevos hilos narrativos, como la reciente serie The Mandalorian.
UniversoLas narrativas transmedia suelen crear un mundo vasto y profuso en detalles, que estimula la imaginación y el deseo de explorarlo. Es un universo con vida propia, con reglas particulares, en donde se cuida cada aspecto para crear la atmósfera y el escenario necesarios para el relato. Así, por ejemplo, se puede mencionar la minuciosa cartografía de los reinos de Games of Thrones, la exuberancia de la Tierra Media en El Señor de los Anillos, o el pormenorizado mundo de la magia en la saga de Harry Potter.
Asimismo, los personajes son un elemento importante de este universo y adquieren vida propia mediante una detallada caracterización. Muchas veces los personajes secundarios adquieren protagonismo en spin-offs, precuelas y secuelas. Por ejemplo, la narrativa transmedia que se ha construido en torno a Batman, incluye expansiones donde los protagonistas son personajes como su compañero Robin, o los villanos Gatúbela o el Guasón.
SoportesUna narrativa transmedia está conformada por distintas piezas que se interrelacionan, aunque pueden disfrutarse en forma independiente. Cada pieza aporta contenido específico y aprovecha el potencial del medio por el que se comunica. De esta forma, se combinan soportes digitales (plataformas y softwares) y materiales (libros, historietas, juguetes, juegos, instalaciones, etc.) para construir un complejo mundo narrativo que permite vivenciar el relato en distintos medios y plataformas. Así, por ejemplo, The Walking Dead incluye diversos soportes analógicos (historietas, novelas impresas, escenarios para que los fans recorran) y digitales (serie, videojuegos, aplicaciones, blogs, cuentas de Twitter, perfiles en Facebook, etc.) que crean distintas puertas de entrada al mundo ficcional.
ParticipaciónLas narrativas transmedia suelen ser un producto colectivo. Por un lado, surgen del trabajo de un equipo interdisciplinario. Por otro, permiten y alientan las expansiones de los usuarios. En ellas, el acto de crear no está encarnado en la figura de un único autor, sino descentralizado en múltiples voces creadoras tanto profesionales como amateurs.
Una narrativa transmedia puede pensarse como una obra inacabada, en la medida en que puede -y busca- extenderse con la participación del público. Su objetivo es lograr que la audiencia se involucre, se vea motivada a interactuar con el contenido propuesto por el relato original y lo expanda, de manera tal que la historia se mantenga viva.
Cualquier plataforma online se puede usar para crear y compartir expansiones transmedias, aunque existen algunas dedicadas exclusivamente a los fanfics, tales como Fanfiction.net o Archive of Our Own (AO3). Basta con recorrer algunos de estos espacios para observar la inmensa variedad de producciones de los usuarios que circulan allí.
Cultura participativa: el contexto donde surgen las narrativas transmedia. Según Henry Jenkins, la cultura participativa se caracteriza por crear un ambiente que fomenta la participación tanto en la esfera de lo comunicativo como en la del compromiso cívico. Así, este tipo de cultura crea las condiciones para que los individuos sientan que sus contribuciones pueden ser importantes para los demás y las compartan con los otros miembros de la comunidad.
Convergencia: la confluencia de medios y tecnologías que hasta ahora habían sido considerados como autónomos e independientes. Crea las condiciones para que las narrativas transmedia tengan lugar.
Canon: la producción inicial que puede dar origen a una narrativa transmedia; suele seguir los imperativos de una lógica comercial y estar sujeta a copyright. Sin embargo, no todas las narrativas transmedia surgen de un canon. De hecho, se las puede crear desde cero sin apelar necesariamente a él.
Fandom: los contenidos generados por los usuarios o fans que se suman al canon o a la narrativa original.
Translector: una de las tantas maneras de llamar al usuario que es capaz de procesar los distintos lenguajes y piezas existentes de una narrativa transmedia, así como de crear nuevos contenidos. Otros términos para describir el rol de las audiencias transmedia son hiperlectores, lectoespectadores, prosumidores o produsuarios.
Expansiones narrativas: todos los contenidos que dialogan con la narrativa original. Muchas veces se las designa con el término inglés “spin-off”, que significa derivado o subproducto de una producción cultural. Pueden clasificarse en tres grandes tipos:
Las narrativas transmedia sirven a una multiplicidad de propósitos. Básicamente, aparecen con fuerza en cuatro ámbitos:
La narrativas transmedia pueden originarse a partir de películas (como Star Wars), series televisivas (como Lost o Breaking Bad), libros (como la saga de Harry Potter) o cómics (como Watchmen o Batman) y expandirse en una miríada de producciones que incluyen, por un lado, objetos reales como juguetes, gorras, pines, remeras, y por otro, productos culturales como spin-offs, secuelas, precuelas, producciones gráficas, videojuegos, aplicaciones, etc., generados tanto por las empresas culturales como por los fans. En la industria cultural y del entretenimiento, este tipo de narrativas estimulan el disfrute y la imaginación, y permiten habitar mundos distintos al cotidiano para ponerse, por un rato, en la piel de los personajes. Se pueden ver ejemplos ilustrativos aquí, aquí y aquí.
Nuestros consumos se han vuelto multipantallas y multiplataformas. Por eso, una estrategia de marketing o publicidad que busque un gran impacto seguramente recurrirá a las narrativas transmedia. Estas le permitirán crear un universo característico del que los posibles clientes quieran ser parte, y podrá hacerlo llegar a través de distintas redes sociales y dispositivos. Se pueden ver ejemplos ilustrativos aquí y aquí.
Las narrativas transmedia se utilizan también en campañas políticas. Un caso emblemático fue la campaña “Yes We Can” de Barack Obama, pero es un recurso que han usado también Trump, Macri y Macron con distintas estrategias. Parte de la efectividad de la narrativa transmedia en este terreno consiste en que los votantes sean parte de la campaña, viralicen y produzcan contenido, y utilicen las redes para apoyar al candidato. Se puede ver un ejemplo ilustrativo aquí.
Existen numerosas experiencias periodísticas en las cuales se busca captar el interés de la audiencia o despertar conciencia social sobre distintas temáticas, a través de piezas narrativas multimediales que combinan las potencialidades de lo digital y lo analógico. De esta manera, la propuesta se comunica a través de distintas plataformas y de diversos objetos en soporte material, como libros o maquetas. El producto suele ser una verdadera experiencia transformadora en tanto que busca impactar y provocar empatía a través del ensamble de distintas piezas visuales, audiovisuales y lingüísticas. Se pueden ver ejemplos ilustrativos aquí, aquí y aquí.
Otro ámbito fértil para la narrativa transmedia es el educativo. Allí, este tipo de narrativas se utilizan sobre todo para crear propuestas auténticas de aprendizaje, en donde se fomenta el trabajo en equipo y se otorga un rol activo a los y las estudiantes, que deben expandir e interactuar con un relato. Se pueden ver ejemplos ilustrativos aquí, aquí y aquí.
En la actualidad, la convergencia de medios y la cultura participativa nos han permitido una nueva manera de habitar las historias. Gracias a la emergencia de las narrativas transmedia, podemos prolongar nuestra estadía en un mundo ficcional, conocer tantos detalles como deseemos, e incluso interactuar, participar y expandirlo con nuestras propias contribuciones.
El mundo de la ficción se ha vuelto tan rico, detallado y variado como el de nuestra existencia cotidiana, y como ella, transcurre entre lo analógico y lo digital. Las barreras se han vuelto difusas y habilitan experiencias intensas, que se prolongan en el tiempo y se despliegan en una variedad de canales y dispositivos. Hoy, como nunca, las historias se imaginan, se disfrutan y se vivencian por todos los medios.
Maestranda en Tecnología Educativa de la Universidad de Buenos Aires. Especialista en Educación y Nuevas Tecnologías del PENT de FLACSO. Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y profesora de Inglés por el Instituto Superior de la Enseñanza en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández”. Tutora en seminarios del PENT de FLACSO y miembro del equipo de investigación de la misma casa de estudios... Ver más
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